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Es el registro y análisis de la actividad bioeléctrica generada espontánea en la corteza cerebral, por lo que es utilizado para detectar alteraciones funcionales mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo. 

Es una técnica que permite valorar simultáneamente el comportamiento del paciente (registro de vídeo) y la actividad cerebral (electroencefalograma); lo que es fundamental en el diagnóstico de crisis epilépticas.

Es una prueba imprescindible para hacer un diagnóstico de variadas enfermedades que cursan con debilidad muscular, trastornos del movimiento, espasmos musculares, lesiones de nervios motores, pérdida de la masa muscular (atrofia), entre otras.

Permite evaluar el estado funcional del sistema autonómico cardiovascular mediante el registro y análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca del electrocardiograma y de la tensión arterial, mientras se realizan maniobras que modifican los reflejos cardiacos. Ello permite detectar alteraciones subclínicas, no identificadas por otros métodos.

Los potenciales evocados son técnicas diagnósticas que, mediante estímulos sensitivos (visuales, auditivos o táctiles eléctricos) y el registro de las respuestas cerebrales que estos provocan, valoran la integridad de las vías sensitivas estimuladas.